La iniciativa “verde” fue impulsada este año, cuando se cumplen 45 años del último golpe militar en Argentina, en marzo de 1976.
Aletargados y pasivos como se los ve, los árboles desarrollan a lo largo de sus días innumerables tareas fundamentales para la vida de los humanos, los animales y el planeta. Purifican el ambiente, dan sombra, oxigenan el aire, ayudan a regular la humedad, reducen el ruido y hasta producen alimentos.
Este año, por primera vez, Argentina celebrará el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia —el 24 de marzo, 45° aniversario del último golpe militar en el país— con una convocatoria a plantar 30.000 árboles en memoria de los desaparecidos
“La Memoria, al igual que la semilla, viene cargada de futuro. Contiene toda la información genética para poder llegar a ser el árbol que late en su destino. En tiempos de incendios, deforestación y cambio climático, invitamos a plantar vida como un acto de memoria y futuro. Porque el recuerdo de cada compañero detenido desaparecido trae consigo el legado de lucha por un país más justo y solidario”, dijeron los organizadores de la campaña Plantamos Memoria, impulsada por el Ministerio de Ambiente, la Administración de Parques Nacionales, la organización Abuelas de Plaza de Mayo, y otras agrupaciones.
RESTAURAR PARA SANAR
Plantar árboles como forma de perpetuar la vida y trascender es una gesto cada vez más popular como forma de conmemoración. En Ámsterdam, Holanda, el ayuntamiento cambió los regalos que hacía a los niños recién nacidos —una toalla de baño— por un nuevo árbol plantado cada vez que nacía un bebé. En Brasil, en plena pandemia de COVID-19, impulsaron la plantación de 200.000 árboles en honor a las primeras 200.000 víctimas del coronavirus.
Es sabido que los árboles están en peligro. Que la deforestación avanza en la Selva Amazónica y en los bosques nativos de Latinoamérica, que los incendios forestales arrasan con miles de valiosas hectáreas cada año, y que cada árbol que se pierde implica un ataque directo a la biodiversidad, a la fauna, a las comunidades originarias y al planeta en general.
“Independientemente de cuál sea la causa que se conmemora, o la fecha que se celebra, plantar un árbol siempre será un gesto de la continuidad de la vida, y un llamado de esperanza hacia el futuro”.