No es una mera cuestión idealista. El quintelismo practica un pragmatismo utópico. No se queda en el deseo de ser, busca serlo, identifica las bases materiales, concretas de las relaciones sociales que sostienen condiciones de injusticia para el pueblo riojano. Y en ejercicio de poder, busca transformar esas relaciones materiales que efectivamente producen desigualdad. No se trata sólo de declamar que los servicios públicos son derechos humanos, es tomar la decisión y la acción para los servicios se conviertan en derechos a los cuales puede tener acceso toda la ciudadanía. Ciudadanía que es concebida como un pueblo con derechos, en total acuerdo con el discurso y la praxis de Juan Domingo Perón y Eva Perón.
Ricardo Quintela, en su asunción como presidente del Partido Justicialista, habló en términos reales, con nociones materiales, en objetivos concretos que se declaman y militan desde la estructura partidaria y se efectivizan desde las políticas públicas en el ejercicio del poder del estado provincial. El plan de gobierno no es mística, son viviendas, son más puestos de trabajo, son familias viviendo una vida digna. Lo místico es el capital simbólico que tiene el estado provincial desde que lo conduce alguien del pueblo, desde que la doctrina peronista se traduce en acciones concretas, deja de ser marcha y se convierte en música para el pueblo. Si el Estado uniformiza, normaliza entonces que sea este Estado quintelista el que cimienta las bases materiales de una Rioja nueva, justa, equitativa, inclusiva y democrática, el que nos mire a todos y todas con ojos de igualdad, no para achatar, sino para que los puntos de partida sean los mismos para todos y todas.
Lo escribió una compañera, quería compartirlo ✌🏼❤️
