«GRAVE PREOCUPACIÓN» POR LA PRESENCIA DE UN SUBMARINO NUCLEAR DE EEUU EN EL ATLÁNTICO SUR
«La presencia de naves susceptibles de portar y emplear armamentos nucleares en el Atlántico Sur contradice la Resolución 41/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas», se señaló en un texto difundido este viernes.
El gobierno nacional expresó este viernes su “grave preocupación” por la navegación en el Atlántico Sur del submarino estadounidense USS Greeneville, recordó que “portar y emplear armamentos nucleares” en esa área contradice resoluciones de Naciones Unidas en la materia y exhortó a que se respete la región como «zona de paz y cooperación».
A través de un comunicado, la Cancillería expresó su “grave preocupación por una información surgida de la cuenta oficial de Twitter del Commander Submarine Force Atlantic (Comsublant) por la cual se señala que recientemente operaron con apoyo británico en el Atlántico Sur, `demostrando el alcance global de ambas naciones´”.
El hecho fue denunciado el jueves por la provincia de Tierra del Fuego, que consideró que se trata de una “flagrante violación” a los acuerdos internacionales.
En su comunicado de este viernes, la Cancillería recuerda que «la presencia de naves susceptibles de portar y emplear armamentos nucleares en el Atlántico Sur contradice la Resolución 41/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (Zona de Paz y Cooperación en el Atlántico Sur), que entre otras disposiciones exhorta a los Estados de todas las demás regiones, en especial a los Estados militarmente importantes, a que respeten escrupulosamente la región del Atlántico Sur como zona de paz y cooperación”.
“No es la primera vez que la Argentina ha marcado, por otra parte, la presencia de una base militar británica en las Islas Malvinas, que es asimismo contraria a distintas resoluciones de las Naciones Unidas como la 31/49, que pide a los Gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte que aceleren las negociaciones relativas a la disputa sobre soberanía”, se indica en el texto.
El comunicado del Palacio San Martín afirma que “la utilización de esas fuerzas instaladas ilegalmente para objetivos geoestratégicos globales son una demostración acabada de que los argumentos utilizados por el Reino Unido nada tienen que ver con la relación bilateral con la Argentina”.
Por último, se insta a “todos los Estados signatarios del Tratado sobre la proscripción de las armas nucleares en América Latina y el Caribe (Tratado de Tlatelolco) y sus Protocolos Adicionales a respetar sus disposiciones y abstenerse de realizar todas aquellas actividades que pongan en peligro el estatuto de desnuclearización militar de la región”.
El Gobierno argentino “lamenta que cuando estamos cumpliendo 50 años del Tratado de No Proliferación Nuclear, las relaciones internacionales se busquen seguir construyendo sobre la base de la extensión de las capacidades militares”.
“No es en aguas argentinas, es en aguas internacionales»
AGUSTÍN ROSS
También el ministro de Defensa, Agustín Rossi, se refirió este viernes al caso y aclaró que el submarino estadounidense que está navegando por el Atlántico Sur lo hace “en aguas internacionales” y “tiene un propulsor nuclear, porque una cosa es un submarino con armamento nuclear, y otra cosa es que tenga un propulsor nuclear”.
“No es en aguas argentinas, es en aguas internacionales. La información que tenemos hasta ahora es que no se dio en aguas argentinas, porque eso sería una situación muy gravosa, sino que casi con seguridad ha sido en aguas internacionales”, expresó el titular de Defensa en declaraciones a C5N.
En tanto, el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus, consideró que el comunicado de la Cancillería deja claro que «Argentina va a enfatizar la necesidad de preservar el Atlántico Sur como zona de paz y desarrollo», tal como lo postulan las resoluciones de las Naciones Unidas y otros organismos multilaterales.
«Argentina trabaja intensamente para garantizar la desmilitarización del Atlántico Sur y la defensa de su soberanía sobre los recursos naturales en su zona económica exclusiva y la plataforma continental”, señaló Filmus a través de un comunicado.
Este jueves a la noche, el gobernador fueguino, Gustavo Melella, había advertido sobre la operación de la nave y había expresado su «más extrema preocupación por este accionar inaceptable».
A través de su cuenta de Twitter, el mandatario señaló que «información brindada por el comando de la fuerzas submarinas en el Atlántico de Estados Unidos revela una violación flagrante a la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur aprobada por resolución 41/11 de la Asamblea General de Naciones Unidas».
«La introducción de un submarino nuclear en nuestro Atlántico Sur, en caso de haber ingresado en espacios soberanos argentinos, sería un hecho sin precedentes en nuestra historia e implica una acto de extrema gravedad para todos los Estados de la región», agregó.
Al respecto, Melella cuestionó el hecho de que en la información difundida por el propio comando de submarinos de EEUU se habla de “la cooperación recibida por aviones británicos con base en nuestras Islas Malvinas, mencionándolas como ‘territorio independiente británico’, acción contraria a las resoluciones de la ONU y a la posición oficial del Gobierno de Estados Unidos».
«Manifestamos nuestra más extrema preocupación por este accionar inaceptable no solo para nuestra provincia y nuestro país, sino para todos los ciudadanos del mundo que luchan contra el colonialismo y por vivir en un mundo sin armas nucleares», concluyó.
El USS Greeneville (SSN-772) es un submarino de la clase Los Ángeles de la marina de EE.UU, botado en el año 1994 y nombrado en honor de la ciudad de Greeneville, en el estado de Tennessee. Tiene una tripulación de unas 115 personas entre oficiales, suboficiales y marineros.
Al respecto, el Centro de Excombatientes Islas Malvinas (Cecim) de La Plata, rechazó a través de un comunicado la «militarización del Atlántico Sur», e hizo un llamado «a los movimientos sociales y a las fuerzas políticas, a trabajar en la consolidación de una política de Estado que responda al desarrollo de un futuro soberano, vinculado a un proyecto político de independencia que garantice el derecho de nuestros pueblos a vivir en Paz».